Llegó un circo a una ciudad, y en cartelera coloca “el pan que habla”. Toda la gente decidió ir a ver al pan que habla, así que en la noche el circo estaba repleto. Cuando salió el presentador, este dice: “Esta noche no pudo llegar el pan que habla por problemas de panadería, pero mañana se lo tendremos”.

Al otro día lo mismo, y así varios días. A casi un mes, sale el presentador y la comenzó a gritar:

¡Queremos al pan que habla! ¡Queremos al pan que habla!

Entonces el presentador dice:

Hoy lo tenemos, pero necesitamos a un miembro del público.

Y sale un caballero, y traen una piscina, y la colocan en medio de la carpa.

Entonces, le pasan un pan al caballero y le dicen:

Sumérjalo unos segundos, ahora sáquelo, ¿cómo está el pan?

¡Está blando…!

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