- Cariño, ¿crees que estoy gorda?
- Sí.
- Cariño, tú nunca me dices cosas dulces…
- ¿Para qué? ¿Para que te las comas?
- Cariño, ¿crees que estoy gorda?
- Sí.
- Cariño, tú nunca me dices cosas dulces…
- ¿Para qué? ¿Para que te las comas?
NO TE PIERDAS