El actor canadiense Ryan Reynolds, amante del universo Marvel y los superhéroes, se reconcilió con el género tras la fallida “Green Lantern”, dando vida al poco convencional Deadpool, donde la comedia pesa tanto como la acción.
Ryan Reynolds consiguió que su apuesta personal de emancipar a “Deadpool” de “X-Men” se convertiera en realidad y da vida a un antihéroe para el que un comentario irónico es tan definitorio como un buen golpe, dijo en una entrevista a Efe.
La cinta explica la génesis de “Deadpool”, un mercenario que se enfunda en un traje de superhéroe para tapar su desagradable físico de mutante en su viaje vengativo contra el villano que le separó de lo que más quiere, su novia Vanessa, que interpreta Morena Baccarin (“Homeland”).
El actor presume de que la cinta, en la que también está involucrado como productor, haya “respetado al máximo” la idiosincrasia del personaje, algo “dañada”, según él, en su aparición en “X-Men Wolverine”.
“En esta película, tal y como nos pedían los seguidores, Deadpool habla y actúa tal y como lo hace en los cómics, a pesar de no ser el comportamiento habitual de los superhéroes”, aseguró.
Durante sus 108 minutos, abundan los chistes sobre la saga “X-Men” y el humor políticamente incorrecto, pues se trata, ensalza el actor, de un personaje con “flexibilidad moral”.
Ryan Reynolds explicó que el guion fue “un trabajo colaborativo” entre los guionistas y el resto del equipo, incluido él mismo, que dice conocer “todos los detalles del personaje”.
Una de las ironías que aparece en el film de su propia cosecha es sobre la fallida “Green Lantern”, una película que no le valió buenas críticas ni gran taquilla.
“Supongo que con Deadpool me reconcilio con los superhéroes, pero que nadie piense que quiero borrar el recuerdo de la otra película. Si hubiera querido eso no haríamos chistes de ello en el filme”, apuntó.
Ryan Reynolds, que ya sufrió físicamente el enclaustramiento en la película de Rodrigo Cortés “Buried”, explicó que no fue precisamente cómodo el maquillaje que le deformaba y que le obligaba a permanecer inmóvil ante los especialistas cuatro horas diarias, ni tampoco vestir el apretado traje rojo y negro de “Deadpool”.
Del mismo modo lenguaraz que lo haría su personaje, Reynolds dijo que era como “vestirse de profiláctico rojo gigante”.
“Utilizamos hasta nueve trajes, aunque siete de ellos quedaron inutilizables”, explicó Reynolds, que aunque contó con la ayuda de especialistas para las escenas de acción acabó llevando a cabo “más escenas peligrosas de las previstas”.
“Esperaba hacer menos escenas de acción, pero los dobles tenían un cuerpo parecido pero una forma de cara distinta, así que solo en pocas escenas servían sus tomas”, relató.
El actor se mostró muy cauteloso sobre si tiene “fe” en una segunda parte de “Deadpool” y fue reacio sobre si es o no buena idea que el personaje haga pequeños “cameos” en futuras películas de “X-Men”.
Ryan Reynolds cree que la película, que se estrena dos días antes de San Valentín en EE.UU., “es también una película romántica”, pues abundan los momentos cómicos, el sexo y la vida de pareja del superhéroe antes de su mutación.
(Fuente: EFE)