El artista panameño ha hecho mover las caderas a los cerca de 4.000 espectadores que se congregaron en el anexo del Estadio de Gran Canaria para despedir al poeta de la salsa, que en su gira “Caminando, adiós y gracias” se baja de los escenarios tras más de 50 años de carrera musical.

El son del compositor de “salsa intelectual” invadió el recinto de una energía pegadiza y una eterna juventud, que precipitó al baile a miles de asistentes en una fiesta de ritmo latino que repasó décadas de trayectoria sobre el entarimado, un camino plagado de éxitos inmortales.

El compañero de Medoro Madera, alter ego que le acompaña en su historia con el género tropical, vestido con traje oscuro, con su habitual sombrero y acompañado de sus fieles maracas con la bandera panameña, fue arropado por la docena de miembros de la orquesta de Roberto Delgado, con los que trabaja desde hace 8 años.

El icono de la salsa arrancó con “Pablo Pueblo”, tema que compuso con 19 años y con el que encendió al público que ardió en contagioso ritmo durante horas.

El ganador de ocho premios Grammy Anglos, seis Grammy Latinos y compositor de más de 25 producciones discográficas rompió así el hielo en su regreso a la isla, que visitó por última vez en 2008. Demostrando el talento que le dio la fama, también se lucieron sus músicos entregándose a la improvisación y a su público.

Entre los temas que acompañaron al compositor del barrio de San Felipe, destacaron: “Las calles”, “Decisiones”, “Caín”, “Buscando guayaba”, “El cantante”, “Maestra vida” o “Plantación adentro”, que fundieron al poeta de la salsa con los asistentes en un concierto de despedida en el que hubo espacio para algo de nostalgia en un compás de 4/4.

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