El cantante venezolano Miguel Ignacio pasó un terriblemente momento luego que una avioneta se estrellara en una finca de su propiedad.

El artista, mejor conocido como , contó desde el momento que adquirió la finca, indicando que se enamoró de aquel lugar tan pronto lo vio junto a su familia.

“Todo estaba cercado, no había “peligro”, no había objetos de cuidado, no había animales raros, excepto por una gallina y un gallo que nos invadieron y se convirtieron en las mascotas”, detalló.

Agregó un parque con columpios a la propiedad y colgaron una llanta de un pino, que un año después, un día de febrero, sería el único árbol incendiado tras la caída del avión.

"El día que mi mundo se paralizó". #Zumo

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El cantante se encontraba en las oficinas de Venevisión cuando vio los reportes del siniestro en televisión, horas antes se había despedido de su esposa, prometiendo encontrarse en la finca.

“Por muy conocido que se me hacía el sitio, mi mente nunca me asomó la posibilidad de que la aeronave podría haberse accidentado en mi propiedad”, dijo el cantante, quien recibió la noticia de su contador.

“En ese momento me sentí desconectado de la realidad, desconcertado, impresionado, en shock, con un terror que nunca antes había sentido”, contó. Tras no lograr comunicarse con su esposa, se subió a su auto y viajó hasta la finca.

En el trayecto, su esposa le respondió y le comunicó que su familia estaba bien. Al llegar al lugar, vio el avión partido por la mitad y negro por las llamas.

“Si quiere entrar a su casa le dejo, pero lo que va a ver son imágenes perturbadoras que luego no podrá borrar de sus pensamientos”, le dijo un policía en el sitio del siniestro.

“Gracias señor, por darnos la oportunidad de abrir los ojos un día más. Ya no tenemos una finca pero seguimos teniendo salud y vida”, concluyó en artista en su publicación.

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