Usain Bolt, el atleta más carismático del mundo desde la retirada del estadounidense Carl Lewis, obtuvo una rotunda victoria en la final de 200 metros con una marca de 19.78 y se colgó su octava medalla olímpica de oro, camino del triple-triple en Río 2016.
El astro jamaicano se hizo acompañar en el podio por su amigo, el canadiense Andre de Grasse (20.02) y por el francés Christophe Lemaitre, que se llevó el bronce con la misma marca (20.12) que el español Bruno Hortelano fijó en la primera ronda como nuevo récord de España.
Aclamado por la multitud, que esta vez, a diferencia de la final de 100 metros, no llenó por completo las gradas del estadio olímpico, Usain Bolt ofreció al mundo la enésima muestra de superioridad en el esprint, ya sea el puro o el sostenido, aunque no pudo regalar a sus incondicionales la gran marca que pensaba.
Salvada sin contratiempos la salida, su fase de la carrera más débil, Bolt fue ganando terreno en la curva y llegó a la recta dos metros por delante de sus adversarios, a los que no concedió la menor opción.