RÍO 2016. Sola en el tapiz, con todo el estadio para ella y sus increíbles mortales a ritmo de samba. Así terminó una jornada inolvidable, la del primer título olímpico en para una gimnasta de otro mundo, que arrancó su épica carrera por los cinco oros apoyada en un grupo infalible.

De su mano, Estados Unidos revalidó este martes por delante de Rusia y China el título por equipos conquistado en Londres 2012; el tercero para la historia de la gimnasia de este país inclinado ahora a su nueva reina. La misma a la que la revista Time le dedicó su tradicional portada olímpica a como la protagonista a seguir en .

Propietaria de diez títulos mundiales con 19 años, tres de ellos en el concurso general, la explosiva ya había dejado claro en la clasificación del domingo que había venido a Río 2016 a hacer historia, acabando primera en cinco de las seis pruebas.

Y Simone Biles tampoco falló a la hora de la verdad. Aunque esta vez contó a su lado con un equipo sublime que copó el primer lugar de los cuatro aparatos, a años luz de las demás competidoras en Río 2016. Los siete quintetos restantes tuvieron que conformarse con pelear por los escalones más bajos del podio, los únicos donde Estados Unidos dejó espacio para los mortales.

Poderosa en el potro, donde consiguió la mejor nota de la tarde, y casi perfecta en el suelo, su ejercicio predilecto, Simone Biles vive pegada a una sonrisa y fue la única del grupo en pasar por los cuatro aparatos.

“Personalmente, no creo que sintiera presión. Tenía a este increíble equipo detrás de mí”, contó Simone Biles tras la competición.

“Ha sido todavía mejor de lo que esperaba”, admitió Simone Biles, que no pudo ir a Londres-2012 por ser demasiado joven.

Como ocurre con las grandes estrellas, ella fue la encargada de cerrar la competición desde el suelo. La suerte quiso que para entonces, con el triunfo estadounidense claro y sus compañeras observándola abrazadas, se quedara sola en el practicable, con todo el público para ella y su espectacular rutina.

Se divirtió más que nunca esta joven de 1,45 de puro músculo rocoso, que parece vivir en una fiesta de cumpleaños perenne. Quizás ahí resida el secreto de su escandalosa irrupción en la gimnasia mundial, adonde llegó hace tres años y ya hay quien la considera a Simone Biles la mejor de la historia.