RÍO 2016. Sin duda ha sido una de las grandes sensaciones en los recientes Juegos Olímpicos. Los isleños ratificaron su favoritismo en el torneo de Rugby Seven y se quedaron con la medalla de oro en al vencer en la gran final a Gran Bretaña. Pero pocos conocen la historia detrás del campeón olímpico.

Muchos ponían sus ojos en Nueva Zelanda o Australia, los últimos finalistas del Mundial de Rugby de 2015. Sin embargo, ambos no pudieron llegar a la definición por el oro y fue quien ratificó su poderío en la especialidad del Seven en . La obtención de la presea dorada fue celebrada como una fiesta nacional en la isla del Pacífico con menos de 900 mil habitantes.

Sin embargo, lo que no se conocía era que los jugadores de la selección de Rugby de no se dedican de forma completa al deporte. Por necesidad, muchos de ellos se dedican a otras actividades para el binestar de sus familias: Carceleros, botones de hoteles lujos y hasta cortadores de cañas de azúcar.

“Hemos aprendido a jugar con pasión y mi generación fue recompensada con la oportunidad de hacer historia en los Juegos Olímpicos”, afirmó el capitán de la selección de de Rugby, Osea Kolinisau.

Otro dato curioso de Fiyi es el de su entrenador, el británico Ben Ryan, quien confesó que llegó a trabajar con los isleños “de curiosidad” y que no pudo cobrar sueldo en sus primeros meses de labor por problemas económicos de la federación de la isla del Pacífico. Un motivo más para destacar la primera medalla de oro de los fiyianos en Juegos Olímpicos.