Mientras los equipos de los y los ultiman preparativos para el gran choque del domingo en el que decidirán al nuevo campeón del , el mayor evento deportivo del año en Estados Unidos va camino de batir todas las marcas.

Los organizadores del Super Bowl confirmaron que habrá más de un millón de personas que visiten el área de la Bahía de San Francisco durante toda esta semana dedicada al Super Bowl 50, que se va a disputar en el Levi’s Stadium, de San Clara (California).

Los beneficios que puede dejar a la economía local no se podrán conocer con exactitud hasta después que haya concluido el evento, pero los cálculos oficiales es que estarán cercanos a los 800 millones de dólares, lo que para los organizadores compensa el haber tenido que aportar 5 millones de dólares de las arcas de los contribuyentes en apoyo de la celebración del Super Bowl.

Todos los servicios relacionados con el turismo, el alojamiento, el transporte aéreo, la comida y la diversión en la San Francisco y sus alrededores han incrementado su valor tres veces más del precio normal.

Irónicamente lo que han bajado esta semana son los precios de las entradas menos costosas que todavía están a la venta, aunque el original ya sea prohibitivo para la mayoría de los residentes que tuvieron que pagar 250 millones de dólares de impuestos locales en la construcción del campo hace dos años, que costó 1.300 millones.

El mundo de la reventa será sólo para millonarios, mientras que el de las apuestas ilegales viven su jornada de oro anual en un mercado en el que se moverán más de 7.000 millones de dólares, mientras que las oficiales de Las Vegas superaran los 350 millones.

Se calcula que el precio promedio de cada entrada será superior a los 6.000 dólares, inferior a los más de 10.000 del año pasado en Arizona, pero nada que ver con los 12 dólares que se pagaron en el primer Super Bowl, que se disputó el 15 de enero de 1967 en el Memorial Coliseum de Los Ángeles con triunfo de los Pacers de Green Bay ante los Chiefs de Kansas City (35-10).

Eso si, los más de 77.000 espectadores que llenen sus gradas se van a encontrar con todo tipo de adelantos tecnológicos que han aportado las grandes compañías de Silicon Valley, que permitirán a los aficionados no tener que moverse de sus asientos para recibir la comida o bebida que deseen, se la servirán directamente.

También a través de sus teléfonos inteligentes podrán encontrar el baño que tengan más cerca, la salida, si necesita asistencia médica, todo al instante, como el ver la repetición de las jugadas con los últimos adelantos de la tecnología.

Lo que ahora ya no será tal fácil es encontrar alguna plaza en los hoteles del área de la Bahía de San Francisco y sus alrededores si no se paga cuatro veces más del precio regular.

En cuanto al consumo de comidas y bebidas que hagan las personas durante la celebración del Super Bowl, las cifras que se han ofrecido en todos los campos apuntan a establecerse nuevas marcas.

Al margen de las tradicionales comidas rápidas, típicas en el menú de los estadounidenses, los aguacates de México serán uno de los grandes triunfadores del Super Bowl 50 con el consumo de 64.000 toneladas que dejarán un gasto de 400 millones de dólares.

De ahí que las compañías que anuncian sus productos durante el Super Bowl han invertido 377 millones de dólares que recibirá la cadena de televisión CBS, responsable de la trasmisión, al cobrar 4,8 millones de dólares por cada anuncio de 30 segundos.

Como compensación la CBS hará una trasmisión histórica con un despliegue sin precedentes para una cobertura en la que habrá 70 cámaras, 12 camiones de producción y las últimas innovaciones informáticas y de la alta tecnología.

Nada que ver con las 11 cámaras y dos camiones de producción que se utilizaron para la trasmisión del primer Super Bowl.

La presencia para cantar el himno nacional de Lady Gaga y las actuaciones en el espectáculo del medio tiempo de la banda inglesa Coldplay y la cantante Beyonce aseguran una audiencia récord de 120 millones de telespectadores.

Pero también habrá marcas negativas que genera el Super Bowl, como la relacionada con el absentismo laboral que este año de acuerdo a una encuesta encargada por el Workeforce Institute arrojó que 16,5 millones de empleados no irán el lunes a sus trabajos.

El resultado mostró que 10,5 millones ya han pedido permiso o realizado los planes pertinentes para no ir a trabajar, lo que significa que 1 de cada 10 empleados no acudirán a sus empresas, además de los 6 millones que se calcula llamarán para decir que están enfermos.

El Super Bowl 50 también tendrá la distinción de celebrarse en la ciudad del país que hay mayor número de mendigos en las calles con 6.686, de los cuales 3.505 viven todo el tiempo en la misma, sin un lugar donde poder pasar la noche.

(Fuente: EFE)

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