Tony Dorsett, excorredor de los Dallas Cowboys, juega el partido más difícil de su vida. El integrante del Salón de la Fama y ganador del trofeo Heisman se le diagnosticó con encefalopatía traumática crónica en 2013, un mal degenerativo del cerebro.

Dorsett indicó a la estación de Dallas KTCK-AM 1310 la semana pasada que ama al fútbol americano y que el deporte “fue bueno conmigo” pese al diagnóstico.

El exjugador, que ganó un título de la NFL con los Cowboys, abandonó una demanda colectiva presentada por exjugadores en la que éstos recibirían una compensación superior a 1.000 millones de dólares.

Tony Dorsett, de 60 años, no se lamenta de haber jugado este deporte, pero sí tener que luchar por su salud contra la demencia y depresión. Él señaló que quiere continuar analizando su caso por separado.

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