Muchos de estos deportistas entregan su vida entera para entretener al público de la WWE. Ponen su alma en cada llave y lanzamiento de sus cuerpos cuando se lo pide la afición. Sin embargo, muchos de ellos, por distintas circunstancias, dejaron este mundo y los fanáticos de la lucha libre lamentan mucho sus ausencias.

Uno de los fallecimientos más sonados en los últimos años fue el de Eddie Guerrero, que hace cinco días cumplió nueve años desde que acudió al cuadrilátero celestial. El buen Eddie cumplía su mejor momento en la WWE, pero un sorpresivo paro cardíaco, producto de su vida desordenada y drogas, nos dejó sin el grito de guerra que lo caracterizaba: ¡Viva La Raza!

Otra muerte muy reciente que golpeó a los fanáticos fue la de Ultimate Warrior. James Brian Hellwig había accedido finalmente, luego de muchas discrepancias y peleas, a ser homenajeado por la WWE en el Salón de la Fama. Un día después de que se presentara en el programa RAW para agradecer el cariño de la gente, Warrior nos dejó de forma sorpresiva pero quedan en la menta de todos su mítico combate contra Hulk Hogan.

Casos como Chris Benoit (implicado en un doble homicidio y suicidio) u Owen Hart (falleció tras una caída en un fallido acto de un evento de WWE) son parte de la historia de pesar de la lucha libre.