Es emocionante ver cómo flamea una bandera peruana en cualquier parte del mundo, pero lo es más, cuando un deportista como Roberto Carcelén, se olvida de las adversidades y el dolor físico para acordarse de su país.

El esquiador peruano sabía que no podría tener un buen desempeño en la prueba de esquí clásico debido a sus costillas rotas, pero supo que su meta era terminar la competencia de una manera digna, y no solo lo hizo dignamente, sino también que su actitud llenó de emoción a los peruanos que seguían su desempeño en las lejanas tierras rusas.

Sobre el final, Carcelén no tuvo mejor idea que flamear la bandera peruana sorprendiendo a todos, tanto así que el ganador de la competencia,. el suizo Dario Cologna, lo esperó y lo abrazó.