Unos Juegos con un coste reducido, en el que el 95 % de las instalaciones ya están construidas o son temporales, y en los que buena parte de las competiciones tendrán lugar en el centro histórico de la ciudad más visitada del mundo.

Ese será el punto fuerte de los , los primeros que, según los responsables de la candidatura, se adaptan a la Agenda 2020 lanzada por el actual presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.

París solo tendrá que afrontar dos grandes obras perennes, la Villa Olímpica y el centro acuático. En el primer caso, los atletas estarán en un terreno en el que ya estaba prevista una intervención inmobiliaria y los apartamentos de los atletas serán, tras los Juegos, viviendas sociales.

En cuanto a la piscina, su construcción está prevista junto al Estadio de Francia y responde a una necesidad de la ciudad que carecía de este tipo de infraestructura.

La Torre Eiffel, los Campos Elíseos, el Grand Palais, la explanada de los Inválidos, el Palacio de Versalles… algunos de los monumentos más visitados de la capital francesa serán entre el 2 y el 18 de agosto testigos de los Juegos de la XXXIII Olimpiada, la tercera que organizará la ciudad un siglo después de la anterior.

Desde la Villa Olímpica, un tercio de ellos tardará apenas 5 minutos en llegar a su instalación y ninguno más de 20 en acudir a su centro de entrenamiento. París se apoyará en las infraestructuras ya existentes, como el Estadio de Francia, construido para el Mundial de fútbol de 1998 y que será el estadio olímpico 26 años más tarde.

El grueso de las competiciones se centrará en dos grandes polos. Uno, situado entorno al Estadio de Francia, en la localidad de Saint Denis; el otro, en el corazón de la ciudad, incluidas competiciones en Roland Garros y Bercy.

Fuera de ese radio, Versalles acogerá la equitación, Saint-Quentin el ciclismo en pista y el golf, y Vaires-sur-Marne el remo y el piragüismo, mientras que la vela tendrá lugar en las aguas mediterráneas de Marsella, segunda ciudad del país.

El río Sena, que atraviesa la ciudad de este a oeste, se convertiría también en un eje olímpico e incluso en escenario de competiciones náuticas, lo que obligará a una gran labor de limpieza de sus aguas.

EFE

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