El gran ídolo del atletismo, , inició el con una victoria en la sexta serie de 100 metros y una deslucida marca de 10.07 la inexorable cuenta atrás que le conducirá al retiro dentro de ocho días.

Si todo transcurre con arreglo a la lógica, le quedan tres carreras. Las semifinales y la final de 100 metros y la final del relevo 4×100.

Usain Bolt apareció relajado, sonriente, en la zona de calentamiento, junto al estadio, acompañado de su colega de entrenamientos Yohan Blake, uno de los que podrían hacerle daño, a juzgar por sus marcas del año: 9.92, tres centésimas más rápido que su ilustre colega.

El estadounidense Christian Coleman, líder mundial con 9.82, dominó la primera serie con un registro de 10.01 pese a correr por la calle ocho. En la segunda se impuso el joven japonés Sani Brown con marca personal (10.05). En la tercera el jamaicano Julian Forte aportó el primer crono sub-10 (9.99, récord personal).

Nada perturbaba la normalidad. El murmullo de desaprobación hacia el estadounidense Justin Gatlin, ganador de la quinta carrera en 10.05, forma parte ya del guión en Gran Bretaña, por su pasado relacionado con el dopaje.

Hasta que Usain Bolt irrumpió en pista para correr la sexta y última serie, y entonces se desató el delirio en las gradas. Ovación atronadora y saludo torero del Relámpago, que se santiguó tres veces, miró al cielo, salió mal de tacos y recuperó el terreno a media recta para vencer en 10.07.

Este sábado, en semifinales, tendrá que ofrecer ya la verdadera medida de sus posibilidades y el sábado, si no media un accidente, correrá su último 100. Diez días después su última carrera, la posta final del relevo corto.

EFE