Raonic, apoyado en un demoledor servicio con el que logró 21 directos, atenazó al número dos del mundo, y acabó imponiéndose por 7-6(5) y 7-5 en una hora y 33 minutos.

La victoria era el único resultado que servía a Milos Raonic para mantener la pugna para acudir al torneo que a final de temporada reúne a los ocho mejores del año. Y tenía que conseguirla contra un rival al que nunca había derrotado en seis partidos anteriores.

Pero el joven jugador de 23 años, sacó su mejor arma, su servicio meteórico, con frecuencia por encima de los 230 kilómetros por hora (218 de media). Y anotó hasta 21 puntos directos, con un porcentaje de primeros del 67 por ciento y con una eficacia del 85 por ciento de los puntos ganados con su primero.

El primer set fue una sucesión de saques, más fuertes los del canadiense y más ajustados los de Roger Federer, un guión que abocaba al juego de desempate, donde Raonic fue muy superior hasta acabar esta manga con un preciso servicio directo.

Con el mismo esquema se desarrolló el segundo hasta el décimo juego, cuando el suizo desperdició una bola para alzarse con la manga e igualar la contienda, pero Milos lo anuló con otro “ace”.

No la aprovechó el número dos del mundo y dejó escapar su siguiente saque, lo que dejó al canadiense con la oportunidad de sacar para ganar. Todo de cara para el jugador este año se ha impuesto en Washington, además de haber disputado la final de Tokio.

A Roger Federer se le complica su objetivo de arrebatar el número uno a final de temporada al serbio Novak Djokovic y sumar así su sexto año en la cresta del ránking, algo que sólo ha logrado el estadounidense Pete Sampras.

Por delante le queda todavía la oportunidad de hacerlo en el Masters de Londres y de sumar algún punto en la final de la Copa Davis que enfrentará en tres semanas a Suiza contra Francia en Lille.

EFE