Un día como y hace exactamente 25 años, una combinación de impactos noqueó a Mike Tyson, en la que sigue siendo considerada una de las mayores sorpresas en la historia del deporte. James “Buster” Douglas cambió su vida tras vencer en esta pelea, pasó der ser nadie a una celebridad mundial.

El 11 de febrero de 1990, la victoria del púgil se pagaba 42 a 1. No era nadie, y dejó a todo el mundo sin palabras. Su combate marcó el inicio del declive de Tyson. “De repente, Mike Tyson, percibido como un monolito gigantesco, fue reducido a otro campeón más de los pesos pesados que ha sido derrotado”, narró Larry Merchant, comentarista de la HBO.

“Ser coronado campeón era un sueño para mí. Conseguirlo fue lo máximo. Algo increíble”, expresó James Douglas. “Buster” era un atleta brillante con un récord de 29 victorias, 4 derrotas y 1 empate como boxeador que no evitó las críticas por falta de corazón y disciplina. Tres semanas antes del combate, su madre falleció. “Ella sí creía en mi”, rememoró el exboxeador.

Producto de esa derrota dolorosa, Tyson reclamó más tarde que Douglas tardó más de los 10 segundos reglamentarios para levantarse, cuando lo derribó antes de ser vencido. “Sabía dónde estaba en todo momento. Podría haberme levantado a los seis, pero me tomé un par de segundos más”, relató Buster, quien en el décimo round acabó con Mike Tyson.

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