Entre los más de 500 participantes del , hay un pequeño grupo de desconocidos que nunca levantan la atención de las cámaras, pero sí la admiración del resto de competidores, pues corren solo ellos y su moto, sin ningún tipo de ayuda, lo que hace que esta aventura sea todavía más extrema.

Son los llamados “originales” de la categorías Malle Moto, pilotos sin renombre, motivados por la nostalgia y la valentía de hacer el Dakar como se hacía hace cuarenta años, sin nada más que una caja de herramientas para reparar su moto a lo largo de los miles de kilómetros de esta prueba.

En la actual edición del rally, la cuadragésima de su historia, y la décima que se corre en Sudamérica, se inscribieron 27 “originales”, quienes por el día tienen que hacer de pilotos y por la noche de mecánicos para poner su moto a punto para el día siguiente.

La regla de oro en esta peculiar categoría del Dakar es que ni la organización ni ningún otro piloto participante puede asistirles durante la carrera a menos que sea otro “original”, lo que enfatiza el espíritu de solidaridad del Dakar más genuino.

Solo la empresa Motul les da algunos aparatos para limpiar la moto y les asesora si necesitan cambiar el aceite con tal de que puedan seguir en carrera el mayor tiempo posible.

A estos intrépidos y aguerridos aventureros se les puede ver bien entrada la madrugada desvelados con los reglajes de su moto, mientras los pilotos de equipos oficiales como KTM, Honda y Yamaha hace horas que están durmiendo en sus caravanas, pues un numeroso equipo de mecánicos se encarga de dejar como nueva su moto.

Esas comodidades están a años luz de poder ser disfrutadas por los “originales”, que deben dormir en una tienda de campaña que les da la organización, haga frío o calor.

Tras seis etapas, el Dakar tiene una jornada de descanso en La Paz, pero a la capital boliviana no pudieron llegar cinco “originales” que tuvieron que abandonar la carrera, lo que siempre genera pesar entre el resto de competidores de la misma categoría.

Para estos “originales”, terminar cada etapa del Dakar es todo un éxito y llegar al final del rally a bordo de su moto es sentirse como el campeón moral de la carrera, pues triunfaron ante la misma adversidad a la que desafió su creador, Thierry Sabine, impulsor del rally más duro del mundo.

Con información de EFE