Este lunes 1 de mayo se cumplen 23 años de la muerte de , denominado por muchos como el mejor piloto de la historia de la y del automovilismo deportivo, quien se despidió de este mundo a más de 300 kilómetros por hora cuando perdió el control de su Williams en la curva de Tamburello durante el Gran Premio de San Marino.

El destino había llevado al piloto brasileño a firmar por la escuderia británica luego de una sequía con McLaren. Ayrton Senna estaba dispuesto a recuperar el brillo y hacerle batalla a Bennetton y Michael Schumacher.

Tras abandonar en las primeras carreras de la temporada, Senna había conseguido la pole position el sábado por la mañana en una prueba accidentada por el fallecimiento del austriaco Roland Ratzenberger. Y pese a estar nervioso desde la mañana del domingo, quizá pensando en que algo malo podía pasar, se subió a su Williams FW16.

Senna daba la séptima vuelta del circuito de Ímola cuando su bólido se estrelló contra el muro de contención. El impacto le produjo un golpe mortal en la cabeza que acabó con su vida a los 34 años.

Según datos oficiales, Ayrton Senna murió en el hospital unas cuatro horas después del impacto y hasta la actualidad no están claras las causas del accidente, pero todo indica que el brazo de suspensión, una barra de metal larga y delgada, atravesó el casco del piloto y se alojó en su cabeza.