Las cucarachas, como el resto de los seres vivos y en particular los insectos, son una fuente de alimentos de gran importancia para criaturas como por ejemplo las aves, los mamíferos insectívoros, los anfibios y otros insectos, etc., e incluso, en ciertas culturas, también para los seres humanos.

Aunque no se sabe a ciencia cierta la cantidad de especies que hay, se estima un número entre 5000 y 10 mil millones de cucarachas y sus representantes se encuentran por todos lados.

Lo que sí se sabe con certeza es que ningún animal basa su alimentación exclusivamente en ellas, por lo que de desaparecer estas no se extinguirían, sí verían reducidas sus posibilidades de sobrevivir y disminuirían sus poblaciones de manera importante, por lo que otros insectos plagas podrían multiplicarse al alterarse el equilibrio ecológico de los ecosistemas.

Por otro lado, está su contribución inestimable en el ciclo del nitrógeno, algo vital para el funcionamiento del planeta. ¿De qué manera lo hacen? Pues la mayoría de las cucarachas se alimentan de materia orgánica en descomposición.

Este material retiene en su estructura grandes cantidades de nitrógeno, y al ser consumido constantemente por millones y millones de cucarachas, esta materia pasa por el tracto digestivo del insecto convirtiéndose en heces que al caer en la tierra, liberan más fácilmente los productos nitrogenados que luego son aprovechados por las plantas, garantizando así la salud de los bosques, las praderas y demás ecosistemas y con ello indirectamente a todos los habitantes de los mismos.

Fuente: Planetacurioso.com