Cuando somos bebés experimentamos el mundo por primera vez, conocemos a nuestros padres, aprendemos a caminar, comer y hablar, además disfrutamos de toda la atención, mimos y amor, pero la mayoría de nosotros nada de esas épocas maravillosas. ¿Por qué?

La ciencia indica que los hombres recuerdan cosas de antes de los tres o cuatro años o incluso más tarde, pero nada de la etapa de bebés. A pesar de sus aproximaciones y constantes estudios aún no se ha podido determinar al 100% cuál es la causa.

Sin embargo numerosos estudios muestran que el tiempo al que se remontan nuestros primeros recuerdos puede variar de persona a persona y de país a país, es decir que los recuerdos estarían ligados al espacio y cultura.

teorías

La psicóloga Qi Wang, de la Universidad de Conrell (USA), publicó en 2004 una investigación en la que recopiló cientos de recuerdos de estudiantes estadounidenses y chinos. El estudio reveló que los primeros tenían recuerdos más largos, más elaborados y visiblemente más egocéntricos que los segundos, que los tuvieron más breves y concretos.

Esto sugiere que tal vez la forma en la que nuestra cultura enmarca los recuerdos y valora el pasado tiene un impacto significativo en la ‘amnesia infantil’. Por ejemplo, muchos maoríes neozelandeses, cuya cultura hace mucho énfasis en el pasado, pueden recordar sucesos de cuando tenían poco más de 2 años.

Algunos psicólogos como Robyn Fivush de la Universidad de Emory (USA) consideran que el factor clave lo desempeña la capacidad del habla. “El lenguaje nos ayuda a estructurar y organizar nuestros recuerdos. Eso es una narrativa. Al crear una historia, la experiencia es más fácil de recordar durante más tiempo”, sostiene.

entonces…

Teniendo en cuenta estas teorías y aproximaciones, puede ser que cuando somos bebés simplemente no tenemos el ’equipo mental’ necesario para almacenar y organizar adecuadamente los recuerdos.

Para ilustrar lo dicho, los expertos mencionan a Henry Molaison o ‘el paciente HM’, que después de una operación se dañó el hipocampo (el centro de nuestra capacidad para aprender y recordar) y se volvió incapaz de recordar cosas recientes de su vida.

“Entonces, ¿es el subdesarrollo del hipocampo lo que hizo que perdiéramos nuestros recuerdos a largo plazo, o es que estos nunca se llegaron a formar?”, se plantea el autor de la nota de BBC. ¿Tú que crees?

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