Piotr Nésterov

Este destacado piloto ruso está considerado ‘el padre’ del pilotaje aéreo avanzado. Concibió varias tácticas de combate y fue el primer piloto de guerra en practicar el ‘tarán’, una táctica consistente en embestir con el morro del avión una aeronave rival.

Durante la Primera Guerra Mundial, el avión pilotado por Nésterov se encontró en el cielo con una aeronave austriaca que realizaba un vuelo de reconocimiento. El avión rival era inalcanzable para sus disparos, y el piloto ruso tomó la decisión de derribarlo a costa de su propia vida. A una altitud de unos 2.000 metros, Nésterov impactó con su aeronave el avión enemigo, y los dos cayeron a tierra, muriendo sus tripulantes.

Alexánder Prokófiev-Séverski

En el caso del piloto Alexánder Prokófiev-Séverski, toda su vida puede considerarse como una hazaña. En 1915, durante una misión aérea, explotó una bomba que se encontraba a bordo del aparato.

El piloto resultó herido y le amputaron la pierna izquierda. Sin embargo, Prokófiev-Séverski aprendió a caminar con prótesis de madera y al cabo de un tiempo consiguió el permiso del zar Nicolás II para volver a volar. Después de la operación pasó en el cielo unas 2.000 horas y participó en 60 combates aéreos.

Aléxander Kazakov

Alexánder Kazakov se convirtió en el segundo piloto en practicar el ‘tarán’ (derribando la aeronave alemana Albatros) y en el primero que sobrevivió a la maniobra. Tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia con el motor apagado cerca de un aeródromo. Por esta hazaña el piloto fue condecorado con la espada de oro de la insignia de San Jorge.

“Durante los tres años que estuvo participando en batallas aéreas, Kazakov derribó 18 aviones personalmente, además de otros veinte que derribó junto con su grupo de combate. Kazakov es el piloto más eficaz en la historia de la Primera Guerra Mundial”, dijo a la cadena rusa Zvezda el experto en la aviación militar e historiador Leonid Mastriukov.

Leonid Ósipov

En 1916 el avión de Leonid Osipov se encontró con una aeronave alemana. Tras atacarla, la obligó a bajar a una altitud de unos 1.000 metros y bajo el fuego de artillería la atacó de nuevo.

A pesar de los enormes daños sufridos por la aeronave, “Osipov no solo logró cumplir su objetivo, sobrevivir y llevar el avión hasta el aeródromo, sino también salvar a su compañero Kalinovski, y después de toda esta locura, extinguir el fuego que había envuelto el avión”, recuerda el historiador de aviación Mark Áizer.

Vasili Grechishkin

El 30 de septiembre de 1943, cuando el destacamento de Vasili Grechishkin realizaba una misión contra las posiciones enemigas cerca de Leningrado, su avión fue derribado. Al evaluar las posibilidades de supervivencia y ver que eran nulas, el piloto dirigió su avión contra las posiciones de la artillería de los nazis, matando a unas tres docenas de soldados enemigos y destruyendo cuatro cañones.

Mijaíl Sharónov

Otro piloto soviético que vendió cara la vida fue Mijaíl Sharónov, que participó en el levantamiento del sitio de Leningrado. Al ser derribado por el fuego de la artillería alemana, el piloto dirigió su aeronave en llamas contra los camiones nazis con munición, cerca de los cuales se encontraban soldados de la Wehrmacht.

El piloto, que acabó con 50 soldados enemigos de un golpe, fue condecorado como Héroe de la Unión Soviética a título póstumo.

Fuente: Actualidad.rt.com