Si bien es cierto que los latinoamericanos heredamos la tras las invasiones que sufrieron nuestras tierras en el siglo XVI, hay algo que no adoptamos del todo: la pronunciación característica de la Z y C de España.

¿Alguna vez te has preguntado cómo es que los latinoamericanos no pronunciamos la Z y C con ese acento español que para muchos suena desagradable, especialmente cuando de doblajes de películas se trata? BBC Londres realizó toda una investigación al respecto y descubrió algo increíble.

¿donde nace la zeta?

Pese a que muchos podemos creer que todo inició durante la conquista, los expertos consultados por el portal inglés precisan que la pronunciación diferenciada no surgió en el Nuevo Mundo sino en .

Según los relatos por aquel entonces ya había dos modos de hablar el castellano: uno hacia el norte de Castilla, que se impuso en Madrid, y otro en Sevilla, en el sur de España, donde la Z y la C se pronunciaban de modo similar a la S, precisamente los primeros colonizadores que llegaron a América provenían de este lugar y otras partes de Andalucía.

Aunque “en toda América triunfó la manera sevillana de hablar español”, la ortografía se mantuvo como en Madrid, usando la Z.

hablan los expertos

Arturo Andújar Cobo, doctor en filología hispánica de la Universidad de Sevilla, afirma que en Andalucía la pronunciación de la Z era considerada “de menos prestigio social”. Además, la pronunciación del ‘seseo’ era “más cómodo, más sonoro, más agradable que la del ‘ceceo’”, sostuvo.

Otra explicación destaca que la pronunciación de la Z fue olvidada debido a la practicidad en el Nuevo Mundo, pues al simplificar los fonemas se facilitaba que los indígenas aprendieran la nueva lengua.

Por su parte, la lingüista argentina Guiomar Ciapuscio, de la Universidad de Buenos Aires, asegura que no existe una forma correcta o incorrecta de pronunciar la Z o la C.

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