El procedimiento en esos años era el siguiente: Los satélites eran enviados para reconocer posibles sitios de aterrizaje para las misiones tripuladas a la Luna. Cada satélite enfocaría su cámara Kodak de lente doble hacia un objetivo, tomaría la fotografía y la revelaría.

Luego, las fotografías en alta resolución eran escaneadas en tiras llamadas “framelets” utilizando algo parecido a un viejo lector de una máquina de fax. Las imágenes se transmitían en señales moduladas a una de tres estaciones receptoras en Australia, España o California, donde las imágenes se grababan directamente en una cinta.

Según Wired, desde 2007, el Proyecto de Recuperación de Imágenes del Orbitador Lunar (LOIRP) ha recuperado más o menos 2.000 fotos de 1.500 cintas magnéticas análogas.

Esas imágenes contienen las primeras fotografías de la historia en alta resolución tomadas desde detrás del horizonte lunar, entre ellas la primera fotografía de una salida de la Tierra. Después de imprimirlas en baja fidelidad, las cintas se almacenaban en cajas y eran olvidadas.

Años después un grupo de hackers que se proclamaron “tecnoarqueólogos” entraron en acción, recuperaron las cintas de una bodega en Moorpark y las cosas empezaron a tomar forma. Financiando el proyecto de su propio bolsillo al principio, se pusieron a pensar cómo divulgar las imágenes atrapadas en las cintas.

Los drives tuvieron que ser restaurados y en algunos casos completamente reconstruidos usando los manuales o la guía de personas que los usaron. Los datos que recuperaron tuvieron que ser demodulados y digitalizados, lo que añadía más capas de dificultades técnicas.

Gracias al conocimiento técnico y a la ingeniería del equipo en LOIRP, podemos ver las imágenes en una mayor resolución de lo que fue posible anteriormente.

Fuente: CNN