El chicle que se traga se queda pegado a su intestino o estómago. Este es un mito muy difundido de boca en boca. ¿Pero qué hay de cierto?

Aunque puede ser más difícil de digerir que las comidas comunes y corrientes, el chicle no recibe un tratamiento diferente por parte del sistemas digestivo.

Los doctores aseguran que este cuento fue inventado para evitar que los niños se comieran esta substancia elástica.

¿Los gatos siempre caen de pie? Sí. Estudios científicos de los años 80 avalan que tienen un movi­miento reflejo que les hace “colocarse” en el aire de manera que siempre caen de pie.

Algunos desmentidos y otros confirmados. Al fin hay respuestas para las preguntas más impertinentes que circulan de generación en generación. Conoce la verdad de estos y otros mitos más pululan por estos días.