El relato del tradicionalista precisa que los viajeros que pasaban por la huaca Pucllana entre los siglos XVII y XVIII contaban que veían brillar al rubí en lo alto del lugar.

La historia cuenta que enterados de los magníficos entierros en la zona, excavaron y hallaron una calavera. Al patearla, apareció la joya. En la disputa todos murieron.

Mucho tiempo, en el siglo XX, cuando se demolió la casa ubicada en el cruce de las calles Palacios y del Correo, los obreros hallaron monedas antiguas, adjudicadas a un coleccionista que murió el día de la ocupación de Lima por las tropas chilenas, en 1881.