El fotógrafo iraní Kaveh Golestan, fallecido en 2003, encontró en la ciudadela de Shahr-e No, Teherán, un barrio rojo iraní donde las mujeres vendían sus cuerpos sin saber que eran tal vez la últimas prostitutas de la época.

Ese mundo despareció en 1977 con la famosas revolución islámica, corriente que desterró todo lo occidental e instauró un sistema religioso radical.

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Más de un millar de mujeres vivía y trabajaba en el gueto amurallado, por lo que los retratos de Golestan son una rara mirada a aquella comunidad marginalizada. Pero todo llegó a su fin con un gran incendio, que mató a muchas de ellas.

Poco después el área fue demolida por un decreto oficial del Ayatolá Jomeini, por lo que los retratos de Golestan son el último registro fotográfico de sus residentes.

Las imágenes se presentaron recientemente en la feria de fotografía Photo London, en la capital británica, junto con varios documentos y libretas de Golestan que ayudaban a recrear el ambiente de la histórica ciudadela.