La época victoriana de Inglaterra mostró actividades extremas y hasta bizarras, no solo en la vida diaria, sino también la muerte.

Se dice que la demanda a la hora de conseguir un espacio para enterrar a un familiar superó con creces la oferta y se tuvo que colocar los cadáveres en pequeños huecos hechos en jardines urbanos de iglesias, cementerios, o bóvedas. No era poco común encontrar 20 ataúdes en una sola tumba, todos apilados uno encima del otro.

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Las personas tenían miedo de que sus seres queridos muertos regresaran como zombies o vampiros por eso enterraban los enterraban boca abajo y construían una jaula de metal sobre la tumba.

Se sabe que los cuerpos en los cementerios victorianos fueron perturbados con frecuencia, desmembrados, y destruidos. Esto fue hecho por sepultureros codiciosos como una manera de hacer espacio para nuevos cuerpos. También los ataúdes eran destruidos y se vendían como leña para los campesinos pobres.

Mira todo lo que pasaba con los muertos en aquella época.