El desastre que ocurrió en Japón en 2011 a raíz del tsunami lo puso en una situación de desamparo. El hombre sobrevivió a los primeros días de destrucción como pudo. Luego, el gobierno dispuso que la gente abandonara las zonas cercanas a la planta de Fukushima y todo cambió alrededor suyo. Entonces, Keigo Sakamoto tomó la decisión más importante de su vida: Se quedó en su casa a pesar de la radiación para proteger a los centenares de animales que lo rodeaban y se convirtió en el único habitante de la ciudad.

“Yo soy la única persona que vive aquí, el único que queda por la noche en el interior de esta área. Si me hubiera ido, ningún animal habría sobrevivido”, comentó Sakamoto.

El hombre de 58 años vivió los primeros meses aislado completamente, comiendo lo poco que encontraba, ya que las autoridades bloquearon todos los accesos desde la ciudad por la grave radiación que había en la zona.

En este momento, Sakamoto vive con más de 500 animales, entre perros, conejos y pollos, muchos de los cuales él acobijó luego de que quedaran abandonados por las más de 150 mil personas que se escaparon de allí cuando se desató el tsunami.

El hombre debe manejar dos veces por semana, a lo largo de varios kilómetros hasta la ciudad más cercana, Iwaki, para conseguir provisiones y alimentos tanto para él como para las mascotas que decidió proteger. El Estado lo ayuda monetariamente.

Eso sí, los viajes deben ser antes del anochecer. Es que para entrar y salir de la ciudad la única manera es hacerlo con algún permiso especial debido a la intensa actividad radiactiva. Algo similar a lo que todavía ocurre hoy en las zonas cercanas a Chernobyl, Rusia, luego del accidente de la planta en 1986.

Fuente: Tn.com.ar