La gran mayoría de éstos últimos consiguieron desaparecer adoptando nuevas identidades, muchos de ellos recurrieron a la cirugía, con el fin de quedar irreconocibles.

Heinrich Müller, jefe de la Gestapo, policía secreta, entre 1939 y 1945. Conocido bajo el apodo de ‘Gestapo Müller’, destacó por la dureza y crueldad que empleó en sus métodos de tortura a los detenidos e investigados.

Las últimas noticias documentadas sobre Müller estando con vida lo situaban en el búnker de la Cancillería de Berlín el 26 de abril de 1945, en un momento en el que la guerra ya estaba prácticamente perdida por los alemanes.

Las hipótesis que se han manejado durante estas últimas siete décadas, han sido muy variadas y en estas un gran número de investigadores han intentado dar con su paradero y seguir algún tipo de rastro.

Muchas fueron las especulaciones, entre ellas que había huido al continente americano. Se le situó en Argentina e incluso en Panamá, donde en 1967, la CIA arrestó a un tal Francis Keith, que nada tenía que ver con Müller, siendo liberado poco después al comprobar que la huellas dactilares no coincidían.

Hubo quien aseguró que había fallecido durante los primeros días de mayo de 1945 a manos de los soviéticos y a consecuencia de dos tiros que le habían dado por la espalda.

Otras informaciones afirmaban que se había ofrecido a trabajar para la inteligencia norteamericana e incluso hubo quien dijo que había sido reclutado por el Kremlin para trabajar para la NKVD soviética, dada la gran experiencia que había acumulado al frente de la Gestapo.

Después de muchos años, Johannes Tuchel (politólogo alemán y director del Memorial de la Resistencia Alemana de Berlín) ha conseguido dar con su paradero, afirmando que el famoso jefe de la Gestapo murió en 1945 y fue enterrado en una fosa común del cementerio judío de Berlín-Mitte, un lugar en el que a nadie se le hubiera ocurrido buscar los restos de Müller, quien, según algún documento, se encontraban en el cementerio de Berlín-NeuKölln.

Representantes judíos han expresado su malestar, ya que encuentran que es un insulto a la memoria de los fallecidos a consecuencia del brutal genocidio nazi que los restos de uno de los principales causantes de tantísimos asesinatos se encuentren junto al de sus víctimas.

Con información del blog Cuaderno de Historias de Alfred López