La nave iba a ser convertida en un hotel de lujo flotante, pero se hundió en enero de 1994 en la costa de Fuerteventura. La tripulación fue rescatada, pero el buque acabó partido por la mitad.

Durante más de diez años, la proa se irguió majestuosa frente a la playa de Garcey, en el municipio de Pájara, hasta que en 2007 la corrosión del casco provocó que se hundiera por completo.