1. Fuego Griego: La fórmula utilizada por el Imperio Bizantino en el siglo VII d.C. era empleada principalmente durante batallas navales, teniendo excelentes resultados. El fuego era arrojado a través de catapultas cuando se trataba de un asedio por mar o bien, a través de tuberías, jarrones (a modo de granadas) o lanzallamas primitivos cuando el asedio era por tierra.

El origen del fuego griego aún es motivo de debate pero algunos historiadores coinciden en que no fue el invento de una sola persona, sino más bien de los químicos de la ciudad de Constantinopla que habían heredado el conocimiento de la escuela química de Alejandría. A la fecha, la composición del fuego griego permanece como un misterio.

2. Mitridato: Es un antídoto cuyo descubrimiento se atribuye al rey Mitrídates VI de Ponto pero cuya composición fue perfeccionado por el médico personal del emperador Nerón. Se cree que su misteriosa fórmula era capaz de contrarrestar el efecto de cualquier veneno conocido, por lo que el portador del secreto podía evitar cualquier atentado en su contra.

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Según el profesor Adrienne Mayor, de la Universidad de Standford, la antigua receta se perdió en el tiempo y Sergei Popov, uno de los mejores científicos de armas biológicas de la Unión Soviética, intentó recrear la formula sin éxito alguno. Algunos científicos han apuntado que la formula podía contener hasta 65 ingredientes que incluyen víboras machacadas y quizás un poco de otros venenos y antídotos.

3. El rayo de calor de Arquimides: Durante la Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartaginenses, la ciudad de Siracusa se negó a rendirse. Se dice que Arquímedes desarrolló un mecanismo para repeler a la flota romana: Se valió de cientos de espejos que reflejaran la luz solar hacia los barcos, haciendo que éstos ardieran en llamas.

A pesar de lo épico de la hazaña de Arquímedes y de los ciudadanos de Siracusa, está sujeta a discusión. En 2006, el equipo de Mythbusters quiso descifrar si tal hazaña era viable o no, por lo que hizo uso de un pequeño barco de pesca de madera. Hubo carbonización y una pequeña cantidad de llamas, pero el barco no se prendió en fuego. Por ello, el mito fue considerado falso.

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4. El acero de Damasco: Alrededor del año 300 a.C. las mejores espadas en el mundo eran hechas por un compuesto conocido como el acero de Damasco, que las hacía más fuertes, resistentes y robustas que cualquier otro material. Según la leyenda, se dice que con una espada de este acero se logró cortar un hilo de seda a la mitad.

Se dice que el secreto para fabricar tal acero se basaba en un acuerdo entre forjadores del Medio Oriente y comerciantes de la India y Sri Lanka, quienes proporcionaban los minerales para el compuesto. El acuerdo se extendió hasta 1700 cuando los depósitos de minerales comenzaron a agotarse y la producción del acero cesó. Cuando los minerales se agotaron en la región, el secreto se perdió.

5. Vidrio flexible: Existen tres relatos históricos que lo mencionan, aunque sus versiones discrepan entre sí. La primera de ellas es de Petronio, quien cuenta que a un fabricante de vidrio le fue permitida una audiencia con el emperador Tiberio (14-37 a.C.) para presentarle un nuevo descubrimiento. El fabricante le entregó una pequeña vasija para tomar agua y cuando éste la pidió de vuelta, el emperador la arrojó al piso. Sin embargo, la vasija no se rompió, sino que únicamente se abolló como si estuviera hecha de bronce.

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El fabricante de vidrio tomó un pequeño martillo y comenzó a restaurar la vasija y a quitarle las abolladuras. Sorprendido por las acciones del fabricante pero sobretodo por lo que sus ojos veían respecto a la vasija, Tiberio le preguntó si él era el único que conocía el secreto para hacer este tipo de vidrio. Cuando el fabricante respondió que sí, el emperador lo mandó decapitar.

El relato es retomado por Plinio el Joven, quien agrega que el estudio del fabricante de vidrio fue destruido por órdenes del emperador Tiberio, quien buscaba salvaguardar el valor del bronce, la plata y el oro, pues la demanda de éstos se reducirían si la gente descubría que existía un vidrio flexible y prácticamente indestructible.

Por su parte, Dion Casio argumenta que en realidad quien recibió audiencia fue un arquitecto exiliado por Tiberio después de haber restaurado el pórtico de un templo romano. Buscando la clemencia del emperador y lograr volver a casa, quiso sorprenderlo con un fabuloso invento, el mismo que Tiberio rechazó y que le costaría la vida al arquitecto.

Fuente: Taringa