Una cirugía tan sencilla como extraer el apéndice se ha vuelto una operación sumamente peligrosa: si la herida se infecta, el paciente puede sufrir sepsis y morir. Los trasplantes se han vuelto virtualmente imposibles, cualquier infección matará al paciente.

La neumonía ha vuelto a ser la principal asesina de ancianos. Y hay una epidemia entre los jóvenes: la gonorrea, una infección sexualmente transmitida que está causando infertilidad y embarazos ectópicos, un trastorno potencialmente letal para la madre.

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Tampoco tenemos posibilidad de tratar a los pacientes con tuberculosis, ni a quienes sufren accidentes graves, ni a los quemados.

Una nueva prótesis, de cadera o rodilla, una nueva válvula cardíaca, una cirugía plástica y hasta un tatuaje: todas estas afecciones se han convertido en un enorme riesgo de muerte.

Bienvenidos a la era post antibióticos. La era en la que las llamadas “medicinas milagrosas”, los antibióticos, dejaron de funcionar. Todavía no llegamos a ella, pero estamos cerca.

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Los antibióticos, que durante casi 80 años han salvado millones de vidas gracias a su capacidad para matar bacterias y convertir enfermedades mortales en simples molestias, están perdiendo esa facultad.

Las bacterias han adquirido resistencias a estos medicamentos y cada vez tenemos menos opciones para curar las infecciones.

Los científicos ya empezaron a hablar de esta era post antibióticos. Un informe comisionado por el gobierno británico indica que si para el año 2050 no contamos con nuevos antibióticos, morirán 10 millones de personas cada año en el mundo.

“Antes de que se descubrieron los antibióticos en los años 40, todas las enfermedades infecciosas, como neumonías, meningitis, infecciones cutáneas, tuberculosis, etc., se complicaban, desarrollaban sepsis y tenían una mortalidad muy alta”, le dice a BBC Mundo Pilar Ramón Pardo, asesora regional para la resistencia a los antimicrobianos de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.

“Si continuamos por esta trayectoria de tener cada vez más patógenos que se han vuelto multiresistentes, tenemos el riesgo de volver a esa situación”.

“De hecho, ya lo estamos viendo con muchas enfermedades causadas por patógenos resistentes, como neumonías, sepsis o enfermedades diarreicas graves, que tienen mayores complicaciones y mayor riesgo de muerte para el paciente” agrega.

Contra el tiempo

Los científicos en todo el mundo están en una carrera contra el tiempo tratando de entender cómo los patógenos han logrado desarrollar sus resistencias. Pero lo que nos ha llevado hasta aquí, aseguran los expertos, es el mal uso que hemos dado a los antibióticos.

Con cada infección que tratamos sin necesitar estos fármacos, con cada tratamiento que no tomamos como se indica, estamos haciendo cada vez menos eficaces a estos fármacos.

Pero la advertencia no es nueva. Los expertos llevan varios años tratando de alertar sobre el riesgo que significará quedarnos sin estos medicamentos.

Sin embargo en un informe publicado en abril pasado, la OMS indica que sólo 34 de 133 países estudiados tienen un plan nacional para combatir la resistencia a los antibióticos.