Unas prisioneras polacas que fueron sometidas a experimentos médicos inhumanos dentro del campo de concentración , ubicado a casi 100 kilómetros al norte de Berlín, detallaron sus experiencias usando su orina como tinta invisible.

Utilizando una fina rama de madera, redactaron 27 notas —-escritas entre líneas o al margen de las páginas— que informaron al mundo el trato médico a 74 mujeres entre 1943-1944 por parte de doctores nazis.

Como sus envíos tenían que pasar a través de censores, las mujeres aprovecharon una reacción química del papel que volvía el color de su orina invisible. Para leer el escrito, los recipientes debían calentar la nota hasta que se marcaban los mensajes secretos.

La primera carta que enviaron a sus familiares contenía pistas de que las próximas tendrían mensajes secretos escritos con orina. En una de ellas, las mujeres revelaban que eran inyectadas con gangrena para poder probar nuevas drogas.

Las epístolas fueron donadas por la familia de Krystyna Czyz-Wilgat, autora de muchas de ellas. Debido a su estado precario, el Museo de Lublin en Polonia no ha confirmado si las exhibirá públicamente.

Debemos a la valentía de estas mujeres conocer los nombres de las 74 prisioneras que fueron sometidas a semejante trato. Fueron sus notas las que ayudaron a esclarecer qué clase de experimentos conducían en el campo de concentración antes de que terminase la guerra.

Luego de su liberación, veinte doctores fueron juzgados en Nuremberg como criminales de guerra. Siete de ellos recibieron penas de muerte y otros siete fueron condenados a largas sentencias de prisión.

(Fuente: Infobae)