Verónika Mendoza, congresista que renunció al partido Gana Perú, negó tener una postura antiminera y aseguró sentirse tranquila a pesar de abandonar ese grupo político, porque, según ella, fue consecuente con sus principios.

Sostuvo a Cuarto Poder que le preocupa el método que tiene el gobierno para controlar las protestas sociales.

“Se han visto prácticas en el tratamiento de los conflictos sociales que son rezagos dejados por los gobiernos anteriores, donde no se respetan los derechos humanos ni la institucionalidad democrática. Eso no ha sido debidamente censurado, condenado y no se ha asumido la responsabilidad política pertinente por parte del gobierno”, dijo.

Agregó que el Estado debe reconocer sus demandas y que la clase política no puede aceptar que el costo de los conflictos sociales sean vidas humanas.

“No lo puedo tolerar. Lamentablemente se está volviendo un discurso generalizado y aceptado con naturalidad. La vida se defiende con la vida y no con la muerte”, agregó.

Finalmente, enfatizó que un congresista no debe ser solamente leal a su presidente, sino que “primero tiene que ser responsable con sus principios y compromisos que asumió con aquellos que lo eligieron. Yo me siento tranquila porque he sido consecuente con mis principios y con los compromisos por los que me eligió la región Cusco”.