¿Cómo me encontraron?”, fue la primera pregunta que hizo Rodolfo Orellana Rengifo a uno de los agentes colombianos que incursionaron en la casa de su excuñada Alvia Ramos para deternerlo, lo que no sabía el empresario es que una llamada teléfonica había delatado su paradero.

Según cuenta el diario La República, desde hace algunas semanas y tras realizar las investigaciones del caso, la fiscal Marita Barreto y agentes especializados de la Policía Nacional le seguían los pasos y sospechaban que se encontraba en la casa de su excuñada, pero no tenían cómo demostrarlo.

Así que pidieron a sus pares colombianos la interceptación telefónica de Ramos y decidieron esperar, hasta que el pasado miércoles 12 de noviembre una llamada permitió la captura del empresario más buscado del Perú.

Sucede que la excuñada de Orellana llamó a su casa en Cali y su hijo le contestó pidiéndole alimentos para él y para su tío porque no habían cenado. Esta conversación confirmó a la policía peruana y colombiana que el abogado se ocultaba en ese lugar.

-“Hola, cuñadita. Aquí te paso con tu hijo”, le manifestó. La voz se refería al hijo adolescente de Alvia Ramos.

Al ponerse al teléfono, el joven de 17 años le dijo a su madre Alvia: “Mamá, por favor, trae comida, ¿ya? Mi tío y yo todavía no hemos cenado y tenemos hambre”.

Así, a las 6:30 horas del jueves 13 de noviembre, los agentes colombianos incursionaron en la vivienda de Alvia y lo encontraron.