¡Habemus fallo! Pero, se habrán cerrado todos los asuntos pendientes con Chile. Hay que ser conscientes de que seremos vecinos por siempre y por ello debemos manejarnos de forma objetiva para lo que nos viene en ahora en adelante.

Una vez conocido la decisión de La Haya sobre el diferendo marítimo se escucharon voces de ambos bandos reclamando que el fallo había sido injusto o que no se ajustaba a lo que se estimaba. A simple vista, el Perú obtuvo alrededor del 70% de lo reclamado en la Corte y Chile pudo mantener el status quo que había en el inicio de la frontera con el Hito N°1 como referencia, y no el Punto Concordia según la posición peruana, siguiendo el paralelo geográfico.

Las voces discordantes surgieron primero en nuestro vecino del sur, desde mociones legislativas de protesta contra la decisión de la Corte, hasta un expresidente chileno condicionando la ejecución del fallo si es que el Perú no firmaba un acuerdo afirmando que ya no había temas pendientes. ¿Es la mejor manera de cerrar una brecha histórica?

Otro punto discordante que nació del fallo de La Haya es el mencionado “triángulo terrestre”, espacio geográfico que se encuentra entre el Hito N°1 y el Punto Concordia. Por decisión de la Corte dicho territorio cuenta con 300 metros de “costa seca”. Es decir, playa peruana bañada por aguas chilenas. Por ese motivo, Chile asume dicho espacio de terreno como suyo. Pero hay que recalcar que La Haya solo se expresó sobre el límite marítimo, más no sobre el terrestre porque el Tratado de Lima 1929 dejó en claro ese asunto. Está “grabado en piedra” hace 85 años.

La posición peruana ya ha sido sentada firmemente a través de sus altas autoridades. El presidente Ollanta Humala aseguró frente al Congreso que el fallo será ejecutado en conjunto con Chile en el más breve plazo, respondiendo lo dicho por su homólogo chileno, Sebastián Piñera, y su sucesora en el cargo, Michelle Bachelet, que ello se dará de forma gradual. La historia con nuestro vecino no nos ayuda mucho, sino hay que seguir esperando el plebiscito por Arica. Debemos seguir muy firmes y hacer que la sentencia de La Haya se convierta en realidad lo más pronto posible bajo ningún condicionamiento sureño.

Por ahora la situación se va manejando de forma mesurada sin llegar a contratiempos menores que distraigan la atención de lo más importante: Cerrar la brecha histórica entre Perú y Chile y trabajar juntos por el desarrollo de la región.

No puedo terminar sin recordar que ahora debemos poner nuestra atención en los temas que quedaron pendientes por esta coyuntura. El gobierno no debe quedarse con la “resaca” de lo ganado judicialmente.

Fe de Erratas: En mi columna anterior “Perú y Chile: El fin de una etapa y el escenario post-La Haya” hubo un error al referirse al Tratado de Lima de 1929 y confundirse con el Tratado de Ancón de 1883. Disculpas por la omisión.

Por: Diego Carpio Valladolid (@diegocarpio)

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