Esa marca, aunque también a 10 kilómetros del puente, quedó 300 metros más al norte del que Perú reconoce como Punto Concordia, en la costa, por lo que ambos conforman un triángulo (con el litoral como tercer lado) en tierra de nadie.

La Corte de La Haya estableció que el punto de referencia para la frontera marítima entre ambas naciones era ese hito, como pedía Chile, y no el Punto Concordia, como reclamaba Perú. Santiago argumenta que La Haya determinó que la frontera terrestre empieza allí.

No obstante, Perú recuerda que el tribunal también especificó que no era su misión determinar la posición donde empezaba la frontera terrestre y que ésta “podría no coincidir con el punto de inicio de la frontera marítima”.

Es decir, interpreta que dejó abierta la posibilidad de que Perú se quede ese pedazo de terreno, aunque el mar de su orilla pertenezca a Chile. Es lo que se conoce como “costa seca”, un territorio ribereño bajo la soberanía de un país distinto a aquel al que pertenecen sus aguas.

Esta situación tiene unos pocos antecedentes en el mundo. La “costa seca” más grande está en África, en la zona del Lago Malawi que separa los países de Tanzania y Malawi. El minúsculo triángulo terrestre entre Chile y Perú ya fue motivo de discordia en 2001.

Fuente: BBC