Según la Fiscalía de Lavado de Activos con base en informes y reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera, la primera dama, Nadine Heredia, gastó en 18 meses más de 38 mil dólares (unos 115 mil soles) en comprar artículos de lujo.

Estos gastos de lujo, la primera dama los cargó a la cuenta de una amiga, que le dio una tarjeta adicional Visa Platinum a su cuenta, según informó un reportaje de ‘Cuarto Poder’.

Las visas amigas pueden existir, pero sería poco ético que una primera dama se maneje con una Platinum ajena.

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Lo más delicado es que la Fiscalía de Lavado de Activos a cargo de Ricardo Rojas León, ha confirmado que Rocío Calderón Vinatea, la amiga de la primera dama, recibió dinero de una empresa venezolana, al igual que la madre de Nadine Heredia, dos personas que ya están comprendidas en la investigación de lavado de activos que se le sigue a la esposa del mandatario y a su entorno.

Según informes y reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera analizados por el fiscal Rojas, la lista de compras de la primera dama es una auténtica hoja de ruta al dispendio. La mayoría de compras las hizo en el exterior. Hasta el tejido de vicuña lo compró en Nueva York, en vez de hacerlo en Arequipa.

Algunos de sus gastos la primera dama los hizo durante viajes oficiales, como 2800 dólares que gastó en una joyería en Brasil, en abril del 2013, para reunirse con la presidenta Dilma Rousseff. Compró joyas cargando el gasto a la cuenta de su amiga Rocío Calderón.

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En otro viaje oficial, el que realizó a su marido a Colombia, Nadine Heredia aprovechó para comprar bañadores de la marca Honda del Mar, por 592 dólares. La lista continúa en otros viajes oficiales y privados.

2400 dólares gastó la primera dama en Italia, así como 1200 dólares en costosas camisas inglesas. Se dio también el gusto de gastar 2300 dólares en artículos de una exclusiva marca francesa, en Roma, entre otros gastos en otros países que implicaban joyas, adornos, prendas, así como costosos chocolates.

También dio el ‘tarjetazo’ en Disney París. Casi 2000 dólares invirtió en recuerdos de Mini y restaurantes con princesas.