El presidente peruano Ollanta Humala puso bajo control policial y militar una porción de la región amazónica escenario de una huelga de campesinos cocaleros opuestos a la erradicación de sus cultivos, en la primera medida de emergencia que adopta a 47 días de asumir la presidencia.

La emergencia, por un plazo de 60 días, fue impuesta debido a los “desplazamientos continuos de remanentes de la organización terrorista Sendero Luminoso en la selva central”, donde se presenta “el problema del narcotráfico y el cultivo ilegal de la hoja de coca”, según un decreto del gobierno.

La emergencia fue declarada en los distritos de Cholón (provincia de Marañón), Monzón (provincia de Huamalíes) y en la provincia de Leoncio Prado en el departamento de Huánuco. También en la provincia de Tocache del departamento de San Martín y en Padre Abad.

El objetivo es “proteger a la población, permitiendo el funcionamiento de los servicios básicos y el normal abastecimiento de alimentos y medicinas”, en referencia al bloqueo que realizan centenares de campesinos cocaleros en una ruta que conecta el departamento de Ucayali, 600 km al noreste de Lima, con el resto del país.

La huelga continúa el martes, dijo a la AFP Serafín Luján, secretario general de la Confederación de Productores de las Cuencas Cocaleras, quien señaló que la declaratoria de emergencia “no resuelve el problema porque de esa manera se está rehuyendo una solución”.

“Estamos pidiendo diálogo con el premier Salomón Lerner pero hasta ahora no hay nada”, dijo el dirigente al subrayar que los labriegos se oponen a lo que consideran una “erradicación compulsiva” de sus cultivos. La huelga cocalera es el primer problema social que afronta el presidente Humala.