El presidente del Tribunal Constitucional, , cuestionó que “la reforma [política] venga de un solo lado”, ya que fue el Poder Ejecutivo el que presentó al Congreso 12 proyectos de ley que incluyen modificaciones en la Constitución Política.

“Esto de que la reforma venga de un solo lado y se trate de llevar a cabo de todas maneras sin un gran debate nacional, a mí en lo particular me preocupa porque creo que estas reformas tienen que nacer de un sentir de la población, o sea son un fenómeno que van de abajo hacia arriba, que normalmente no se deben imponer ni señalar desde un determinado ángulo sino que se tiene que hacer un gran debate”, manifestó en entrevista con RPP.

Asimismo, consideró que si se desea una reforma duradera debe llevarse a cabo con participación de la ciudadanía y con un intenso debate.

“Si queremos una reforma duradera, que trascienda, tiene que ser una reforma a través de un gran debate nacional en donde los puntos que se quieran reformar se pongan en conocimiento de todos, se escuche a todos y luego se llegue a un cambio constitucional, de ser necesario”, dijo.

Blume indicó que se trata de un tema “muy delicado”, ya que incluye variaciones que aluden a las normas que rigen nuestra sociedad.

“Lo que sí me parece importante rescatar es que una reforma constitucional es un tema muy delicado porque es un cambio que alude al tema de la reglas básicas que rigen en una sociedad y que normalmente se hacen a través de un proceso que implica una gran participación de toda la ciudadanía porque estamos reformando nuestra Constitución y para eso tenemos que entenderla, conocerla a cabalidad y saber en cada detalle en que se quiere modificar”, refirió.

En ese sentido, el titular del TC defendió la inmunidad parlamentaria, por ser una facultad propia del Congreso de la República.

Como se recuerda, el proyecto de ley que hacía referencia a este beneficio de los funcionarios públicos y que proponía que sea la Corte Suprema la que evalúe su levantamiento, fue archivado por la Comisión de Constitución.

”[La inmunidad] Es un mecanismo de protección, de la autonomía e independencia del Parlamento porque los congresistas representan al pueblo y no están sujetos a mandato imperativo ni deben ser presionados por ningún elemento externo al propio Congreso porque esa es su autonomía. La mayoría de los países tiene la inmunidad vigente y solo se levanta por decisión del propio Congreso”, acotó.