Bajo la amenaza del friaje, llegaron donaciones del Onagi a Vilquechico, en la provincia de Huancané, en Puno.

La donación consistía en un buzo de franela y en un par de medias. En el mejor de los casos, les entregaron o la casaca o el pantalón o las medias para protegerse del frío. Una ayuda totalmente insuficiente.

Sin embargo, en el colmo de la inconsciencia, los encargados de la distribución, los gobernadores de la Onagi, cobraron de dos a tres soles por entregar esta insuficiente ayuda desde el gobierno de la inclusión.

Son actas del 2013, cuando la todopoderosa Dacia Escalante estaba al frente de la Onagi. Esta vez, eran donaciones del Ministerio de la Mujer, repartidas por su red de gobernadores ya no en Ayacucho, sino en Puno.

Las actas del 2013, a las que tuvo acceso el programa ‘Panorama’, especifican que los buzos son para personas mayores de 65 años.

Sin embargo, en esta Onagi sin fiscalización, el exgobernador dice que los buzos se repartieron para que alcance para todos. En otras partes de Puno simplemente no recibieron nada.