El exmandatario evitó dar declaraciones a los periodistas. Sin embargo, varias personas empezaron a gritarle calificativos como “ladrón” y “ratero”.

Toledo, quien estaba acompañado por su esposa, evitó hacer caso a esos insultos.

Él y su esposa arribaron al terminal aéreo al promediar las 22:15 para abordar el avión que lo llevaría a Los Ángeles (Estados Unidos), ciudad donde debe cumplir con una serie de actividades académicas.