El informe de la Comisión concluyó, basado en evidencia médica, que Alberto Fujimori “no padece de una enfermedad terminal; tampoco de alguna enfermedad no terminal, avanzada, degenerativa e incurable, y menos aún de un trastorno mental crónico irreversible”.

Según Jorge Castro, en diálogo con Caretas, que sus conclusiones se basaron primero en el análisis de los procedimientos utilizados. “En un primer test que se le practicó a Fujimori se concluyó que había un desempeño cognitivo adecuado en el interno y eso llamó mi atención”.

Indicó que el resultado sobre el test es que “el paciente mostraba intenciones suicidas y estaba en una depresión grave. Sin embargo, su puntaje total superaba los 24 puntos (de un total de 27), lo que indica que está funcionando cognitivamente a un nivel normal”.

“En el acta final señalé que era contradictorio que un paciente que presumiblemente está grave y con dirección suicida, tenga tan bien conservadas sus funciones cognitiva y motora, cuando se sabe que, aparte del hecho de estar triste, la depresión se asocia con la inhibición cognitiva, porque uno no piensa con claridad. Y también con la inhibición motora, que es cuando uno no quiere o no puede hacer las cosas por sus propios medios”, manifestó.

Finalmente, expresó que se debe hacer una nueva evaluación para llegar a la conclusón de que Fujimori no tiene una depresión grave. “Sugerí que se le hagan más pruebas. El señor Fujimori aceptó. Se reunió a un equipo y luego se retractó. En todo caso, ya sea grave o severa, la depresión es tratable en el lugar donde está”.