Lo que ocurrió el 5 de abril de 1992 fue, sin duda, uno de los peores golpes que recibió la democracia en la historia del Perú. Hoy se cumplen 23 años y, aunque muchas generaciones desconocen o han olvidado lo que ocurrió, este nefasto capítulo en la política del Perú debería siempre estar presenta para que no ocurra de nuevo.

“La actitud irresponsable y negativa de los parlamentarios no respeta, tampoco, los mandatos constitucionales, los cuales son violados conscientemente… Como presidente de la República he constatado directamente todas estas anomalías y me he sentido en la responsabilidad de asumir una actitud de excepción para procurar aligerar el proceso de esta reconstrucción nacional”, comenzó el expresidente Alberto Fujimori su mensaje a modo de justificación.

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” (…) por lo que he decidido tomar las siguientes trascendentales medidas: Disolver temporalmente el Congreso de la República, hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo, la que se aprobará mediante un plebiscito nacional”, expresó el ahora preso Fujimori Fujimori.

Esta medida extrema ocasionó el despliegue de militares en el Centro de Lima, quienes resguardaron instituciones como el Congreso de la República y el Poder Judicial, con represión a políticos y autoridades como Felipe Osterling y Raúl Ferrero, además de detenciones arbitrarias y persecución.

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