En ese sentido, consideró “descabellado” pensar que Perú iba a renunciar a sus derechos de acceso al triángulo exterior al firmar la Declaración de Santiago de 1952.

“Perú no tiene un gusto particular en cuanto a prácticas masoquistas se refiere. Hay que plantearse si Perú hubiera podido renunciar a sus derechos al firmar la Declaración de Santiago. Eso es descabellado”, anotó.

En ese sentido, indicó que dicho documento es un manifiesto o proclamación política para velar por la protección de sus recursos naturales e impedir la depredación.

“Pensamos que sus autores (Perú, Chile y Ecuador) no estaban convencidos de que debía ser un tratado, sino que era un acto unilateral colectivo. Es tratado, pero no un acuerdo de delimitaciones”, expresó.