Varios países tienen impuestos muy curiosos. Quizá uno de los más ridículos sea el impuesto sobre el café en Alemania, emitido en el siglo XVIII por el rey prusiano Federico el Grande, quien trató sin éxito de convertir el comercio del café en un monopolio estatal, y al fracasar en su intento, introdujo un impuesto sobre este producto.

La versión actual del impuesto sobre el café tostado (con y sin cafeína) y el café soluble rige en el país desde 1992.

En esta galería conocerás cuáles son los impuesto más extraños del mundo. Figuran aquí el polémico tributo por las emisiones de dióxido de carbono, introducido en los últimos años en varios lugares de Estados Unidos, que tiene por objeto ayudar a hacer frente al calentamiento global.

En la categoría de impuestos sobre lo ‘inmoral’ llama la atención el impuesto alemán sobre la prostitución