Richard Sandrak desde los dos años comenzó un fuerte entrenamiento en un gimnasio bajo la supervisión de su padre, lo que generó que a los 7 años tuviera una musculatura, para algunos envidiable, para otros repudiable, pero sin duda que lo lanzó a la fama a nivel mundial.

Por ello fue elegido a los once años como el niño más fuerte del mundo y fue nombrado desde entonces como “el pequeño Hércules”. Sin embargo su vida fue bastante dura, con una seria de restricciones no solo a nivel alimenticio o con regímenes de ejercicios ideados para adultos, sino también su padre le prohibió tener juguetes o socializar con otros niños.

TE PUEDE INTERESAR: 10 monstruosos y gigantes insectos que asombran al mundo

Pero todo cambió cuando su padre fue encerrado en la cárcel por maltratar a la madre de Richard, quien se quedó con la custodia y ella sí le permitió que se comportara como un niño normal.

Ahora Richard es mayor de edad, continúa ejercitándose, pero con moderación. Su padre ha sido y es muy criticado por someter a su hijo a esa rutina de entrenamiento, pero lo rescatable de todo es que el “pequeño Hércules”, ahora con poder de decisión, podrá elegir lo que más le convenga.