El comer ha dejado de ser un “gusto” para convertirse en toda una pesadilla para Kerry Dowdswell (23), quien sufre de una rara enfermedad lo cual provoca que tras comer, su estómago se infle tanto que algunos piensen que está a punto de traer un bebé al mundo.

La joven comentó que en cuestión de horas, su estómago se reduce nuevamente a su tamaño normal, pero siempre debe usar pantalones de maternidad cuando va a cenar.

La condición conocida como “food babies”, ha desconcertado a los médicos, quienes han pasado una década tratando de descubrir la causa.

Dowdswell, dice que es vergonzoso cuando le preguntan cuándo va a dar a luz, y siempre tiene que explicar que “su bebe” es más bien una cena de carne asada.

Manifestó que casi nunca llega a disfrutar sus comidas. Ahora los médicos están desconcertados y creen que le tocará vivir con este problema por el resto de su vida. Sin embargo ella acepta su padecimiento y está optimista.