El centenario se trasladó a Roma en el año 2000 con un visado temporal para estar de nuevo con hija, a la que hacía años que no veía, pero, una vez caducado el visado, se convirtió en un inmigrante sin papeles.

Según refiere la edición digital del diario ‘Il Corriere della Sera’, tras varios años de vida en la capital italiana, la policía descubrió que el centenario no tenía los papeles en regla.

Sin embargo, debido a su sorprendente edad, la oficina de la Comisaria de Inmigración acordó concederle el permiso de residencia por motivos humanitarios.

Esto fue posible gracias a la ayuda de la comunidad sudamericana de Roma, que siguió las indicaciones de la Comisaría de Inmigración para regular la situación de Cobba.

Fuente: EFE