Cristina Suaña, presidenta de la Asociación de Turismo Vivencial “Uros Khantati”, fue la estrella en el evento internacional de Turismo Consciente celebrado en Quito, Ecuador, del 11 al 13 de setiembre pasado.

Suaña, nacida en una de las islas flotantes de Puno, logró vadear la pobreza enfrentándose hasta al mismísimo pishtaco. Su historia de éxito arrancó aplausos en el evento, según informó ‘Caretas’.

De niña, su abuela le prohibió recibir dulces de los gringos que ocasionalmente asomaban por su isla flotante en el Lago Titicaca. “Son pishtacos”, le decían. Enfrentándose al demonio de la precariedad que de niña la llevó a alimentarse de la raíz de las totoras, Cristina Suaña, sin embargo, decidió hace nueve años abrir en su casa un hospedaje para aquellos visitantes deseosos de un turismo vivencial. Hoy, es una próspera empresaria.

La cita, que fue el marco para el II Congreso Internacional de Ética y Turismo de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el XX Congreso Interamericano de Ministros y Altas autoridades de Turismo-OEA, reunió también a emprendedores particulares para establecer un diálogo a través del concepto de turismo consciente acuñado por la canadiense Anna Pollock en el año 2010.

“Yo no entiendo bien lo que es inclusión social, pero creo y siento que inclusión social debe ser llegar a los rincones donde no llega nadie, es ayudar a formalizar a las comunidades, a los emprendedores, para que también participen en las licitaciones”, señaló Suaña en su disertación sobre turismo e inclusión social en Quito.